Arte

Publicado el 7 de noviembre de 2014 | por joseaurelio

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UN PODEROSO CANALIZADOR: EL TEATRO

Datos del Proyecto

Nombre del proyecto: El teatro como actividad integradora de las competencias básicas
Centro (donde se desarrolla la experiencia): IES SIDON
Localidad y provincia: MEDINA SIDONIA (CÁDIZ)
Nombre del docente que coordina el proyecto: JOSE AURELIO MARTIN
Estudiantes a los que va dirigido (nivel(es)/curso(s)): 3º ESO
Número de estudiantes: 20
Página web/blog del proyecto:
Enlaces de interés vinculados con el proyecto:

Descripción de la Experiencia

El proyecto de teatro adscrito al programa PROFUNDIZA llega a su desenlace final con la consecución del objetivo que vertebra todo el proyecto: la representación de la obra Simulacro, obra original escrita por José Aurelio Martín con las aportaciones de los alumnos del programa PROFUNDIZA. La obra trata sobre un grupo de alumnas que intenta recrear una clase perfecta para su profesora favorita. Ellas quieren hacerla creer que todo su trabajo tuvo sentido. La profesora se irá pronto y ellas y ellos habrán aprendido. Los temas tratados en la obra son eminentemente juveniles e incluyen los propiamente educativos, generacionales, el uso de nuevas tecnologías, las drogas y, sobre todo, los valores éticos.

Esta actividad se ha visto acompañada de otras que han contribuido a los objetivos, como son la organización de un flashmob o baile colectivo, en el que los alumnos de teatro prestaron su ingente y competente organización. El resultado fue sorprendente, reforzado por las visitas que recibió en youtube (https://www.youtube.com/watch?v=4FF9w4V3qs4). En esta actividad se trabajó la competencia artística, la social, la de aprender a aprender y, sobre todo, en una organización tan compleja, se favoreció la autonomía del alumno, dado que tenía que asumir muchas responsabilidades. En el «cómo se hizo» o «making off» se puede ver la complejidad aludida (https://www.youtube.com/watch?v=sB7OLHCRyXg).

Otra actividad que ha contribuido al desarrollo de la actividad vertebradora, ha sido el trabajo de un pequeña pieza teatral sobre las nuevas tecnologías (competencia digital) y la coeducación (competencia social y ciudadana). En este caso dos alumnos, un chico y una chica, pertrechados solo con un móvil, entraban en las clases, que previamente se había oscurecido, y tenían un diálogo en voz alta (imitando la aplicación whats app) sobre su relación, revelando interesantes aspectos sobre el papel del hombre y la mujer en las nuevas parejas constituidas en la actualidad. (Ver tráiler en: https://www.youtube.com/watch?v=XPEDQMjoxtA). 

Todas estas actividades, que persiguen objetivos muy claros, nos servirán para la consecución de la gran actividad integradora final: la representación de la obra Simulacro, en la que cristalizará todo el trabajo de competencias desarrollado.

Las sesiones de la parte final del proyecto se extienden por todos los viernes de mayo (2, 9, 16, 23, 30) y parte de junio (6 y 13). En estas sesiones se profundizó en el trabajo dramático y, en especial, en la creación propiamente teatral, que exige máxima concentración y habilidades múltiples de tipo artístico, comunicativo y ético. Es el momento decisivo de la creación teatral, cuando toda la información, los saberes y las actitudes se transforman en arte, en creación dramática. Momento delicado que requiere concentración máxima y que, dada su importancia, se hicieron múltiples actividades para su logro. Por otro lado, cada responsabilidad adquirida por los alumnos en los distintos aspectos teatrales (vestuario, sonido, luces, etcétera) empieza a dar su fruto porque todo empieza a encajar en la creación dramática. Incluso en esta parte del proceso se desarrolla la competencia digital, ya que los alumnos elaboran los sonidos de la obra y, sobre todo, el cartel y programa de mano. Asimismo, en este momento decisivo es crucial el contacto con el público, al final al cabo el teatro se examina delante de un público, en nuestro caso, juvenil y, por tanto, exigente. Antes de la representación final, que tuvo lugar el 13 de junio, se hizo una representación a modo de ensayo general el 6 de junio delante de un público experto y controlado (los alumnos mayores del grupo de teatro Simprota). Esta representación culminó con un coloquio con el público, que hacía sus observaciones y valoraciones expertas. La confianza que el público dio a los alumnos fue fundamental para afrontar la representación final el 13 de junio, delante de padres, familiares y amigos. El éxito fue clamoroso, el cual, se vio refrendado unos días más tarde cuando el grupo participó en el IV CERTAMEN POLÍGONO SUR DE SEVILLA, del que el grupo recibió un importante galardón: PREMIO A LA MEJOR DIRECCIÓN. Además, una de las actrices fue nominada a mejor actriz protagonista.

Los premios, en cualquier caso, no deben pervertir la claridad de los propósitos del teatro en el ámbito educativo. “Un pueblo que no cuida su teatro si no está muerto, está moribundo”, decía Lorca en una conferencia. Un instituto que no cuida su teatro, está moribundo, definitivamente muerto, porque el teatro dinamiza, mueve, conmueve un centro educativo, mejora el entorno social y canaliza las competencias artísticas y sociales de alumnos y profesores. Nuevamente, en este nuevo proyecto, y ya son ocho años de trabajo teatral con alumnos y más de nueve obras representadas, el teatro es un poderoso recurso educativo que pone en danza, e integra, un montón de aspectos que aparecen dispersos en el currículum. Lo que necesitamos es, sin duda, este tipo de actividades que integren, más que asignaturas o actividades especializadas; sobre todo en secundaria. Por eso, el programa PROFUNDIZA supone una oportunidad para el desarrollo de actividades de este tipo, transversales e integradoras. Asimismo, es una actividad que fomenta valores tan básicos como el trabajo colectivo y la responsabilidad individual en un grupo, así como el esfuerzo y el rigor. Al fin y al cabo, el teatro es para el público al que debe todo el respeto: el examen de los teatreros es fundamentalmente social, lo que fomenta la autonomía y la responsabilidad personales.

En la revista ÑAQUE TEATRO, especializada en teatro, concluíamos así un artículo titulado Dignificando el teatro juvenil:

«Como profesor y por tanto educador, no he encontrado nada tan formativo como el teatro, no he desarrollado una actividad tan intensa como el teatro y que incorpore tantos aspectos: personales, sociales, artísticos; es necesaria una actividad en los centros educativos que dé coherencia a la labor educativa, que integre todos aquellos aspectos que desarrollados individualmente perderían pegada; el teatro en este sentido integra individuos con capacidades organizativas, arquitectónicas, otros con capacidades artísticas (de todo tipo, plásticas, literarias), otros con facilidades emocionales, y otros simplemente con su generosidad en el apoyo, en la mano tendida y no con el obstáculo permanente. Ello puede generar un entusiasmo constantemente retroalimentado que permite hacer posible lo que pensado parecía improbable. En este sentido, al carecer el instituto de espacio para la representación, durante los meses de enero y febrero, un grupo de alumnos y profesores, colectivamente, construimos un espacio, con el apoyo económico del instituto, para la representación escénica. El entusiasmo colectivo puede derivar en el fanatismo ciego o en la más alumbrada creación colectiva. Eso sólo lo ha conseguido, que yo haya visto, el teatro. De modo que, ante la falta de sensibilidad de las instituciones educativas hacia el teatro, animamos a otros educadores a que prueben, a que sean valientes, a que no se vean envueltos en la peor inercia gris de la educación, a que con pulso firme, infatigables al desaliento, lo intenten, unan, entusiasmen, generen, hagan vivir, vivan, experimenten, seduzcan, crean, tenga fe. Sean. Un instituto que no cuida su teatro, si no está muerto, está moribundo».

En cualquier caso, esta evaluación por parte del profesorado sería vacía sino se viera reforzada por la evaluación del alumnado. En una de las últimas sesiones, pedimos a los alumnos que hicieran un texto sobre lo que para ellos supone el teatro. Una alumna escribió estas conmovedoras y veraces palabras:

«A mí siempre, desde pequeñita me había gustado el teatro pero nunca supuse que iba a significar tanto en mi vida aún así recuerdo mi primera experiencia con el teatro, nuestro profesor de Lengua, Jose Aurelio nos invitó a ver una obra que había hecho con alumnos mayores que nosotros, Clases y Clases y me gustó tanto que esperaba con impaciencia ser algo mas mayor para poder hacer una obra igual que ellos ya que el simple hecho de vernos en un escenario nos entusiasmaba por eso me puse muy contenta cuando Jose nos propuso hacer una obra, iba a ser algo muy sencillo pero para mí tenía mucha importancia. Después de esto vinieron muchos recreos y viernes de ensayo, mucha tensión cuando las cosas no salían, muchísimos fallos, mucho esfuerzo y ganas de superarse pero a pesar de todas estas cosas con mucho esfuerzo conseguimos nuestro propósito, hacer una obra que al público le gustara. Por todo esto es por lo que para mi el teatro significa mucho, yo haciendo teatro me siento diferente y especial, siento que puedo desconectar y olvidarme de muchos problemas, siento que actuando me hago grande y sobre todo que el publico se ría y sonría conmigo eso es lo mas me gratifica y me anima a seguir superándome. Yo cuando hago teatro, cuando llega mi turno de aparecer por el escenario me siento la persona más importante del mundo, que merece la pena esforzarse, que todo puede salir bien y también a valorarme a mí misma y yo creo que esto es gracias a mis compañeros, unos compañeros que te animan, que se alegran por ti, que te ayudan, te valoran; unos compañeros sin envidia, sin hipocresía, que creen… personas con las que he compartido duros momentos pero a la vez momentos gratificantes y sobre todo gracias a José Aurelio él ha sido fundamental para que para mí el teatro signifique tanto, él me ha valorado, él me ha ayudado, ha creído en nosotros y ha hecho que todo sea posible, es una persona única y cuyo trabajo es digno de admirar así que de verdad, gracias.

En definitiva que son muchos momentos, muchas risas, sonrisas, trabajo, esfuerzo, personas únicas que hacen que el teatro para mí sea algo mágico y especial algo que forma parte de mi vida y espero que lo haga durante mucho tiempo mas porque es que yo creo que de todo se aprende y yo lo hago del teatro».

Esta valoración, unida a la que padres, madres y familiares hicieron el día del estreno, demuestran la importancia de una actividad que queda fuera del currículum y que, sin embargo, exige de todos los aspectos que se supone que provee el currículum. Esto debe suscitar una interesante reflexión que otros países del entorno occidental, como Estados Unidos o Finlandia, han resuelto con soltura.

Créditos: imagen de Theen Moy.

 

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Sobre el colaborador

Soy…, hago…, he creado… Creo.



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