Salamandra salamandra, el secreto de tu piel – Resultados
Datos del Proyecto
Descripción de la Experiencia
Para probar la posible capacidad antibiótica del veneno de salamandra para las cepas bacterianas objeto de estudio usamos el método Kirby-Bauer o método de difusión en agar. Éste es usado para determinar la sensibilidad de una bacteria a un antibiótico. De manera que, cuando una sustancia posee capacidad antibacteriana para una cepa concreta esta no crece alrededor de un disco de papel impregnado con dicha sustancia, formando un halo de inhibición. Concretamente, para nuestra experiencia actuamos de la siguiente manera:
1. Impregnamos dos disco de papel de filtro: uno con la disolución obtenida y otro solamente con el disolvente (nuestro disco control).
2. Posteriormente, inoculamos la cepa bacteriana objeto de estudio.
3. A continuación, incubamos durante 48 horas a la temperatura recomendada por el CECT.
Después de todo lo trabajado nos tocaba observar los resultados. No os podéis imaginar como nos sentimos, cuando mirando placa de Petri tras placa de Petri, nuestros resultados eran negativos para las siguientes cepas: Bacillus sp., Serratia marcescens, Micrococcus luteus, Mycobacterium phlei, Escherichia coli, Citrobacter freundii, Pseudomonas fluorescens y Staphylococcus epidermis. Como pudimos observar en directo las bacterias crecen cerca de los discos de papel, tanto el que estaba impregnado con la disolución de veneno de salamandra como el control (mojado en el disolvente únicamente). A continuación, se muestran algunas de las pruebas realizadas para distintas cepas bacterianas.
Pero una de ellas, concretamente la cepa de Carnobacterium maltaromaticum presentaba un halo de inhibición alrededor del disco de papel impregnado con la disolución de veneno y, además, éste no aparecía en el disco de papel control.
Estudiando el género Carnobacterium sp. podemos descubrir que no se tratan de bacterias que produzcan enfermedades en humanos. Curiosamente, este género provoca infecciones en peces, los cuales, evolutivamente se encuentran muy cerca de las salamandras. Por tanto, puede tener sentido el hecho de que las salamandras se defiendan de este tipo de bacterias.
Además, buscando un uso indirecto para el ser humano. Podemos añadir que este género es el responsable de plagas de carnobacteriosis en acuicultura. Concretamente, en instalaciones dedicadas a la cría de peces de agua dulce y salada; como por ejemplo, la trucha, el salmón o el rodaballo. Esta enfermedad provoca daños en los órganos internos de los peces, entre los que encontramos, hemorragias en el hígado o hipertrofia en el riñón.
Créditos: fotografía de Alexandre Roux.
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