Publicado el 6 de septiembre de 2011 | por admin
2Definición de proyectos en #Campo1927
El primer día en cualquier actividad es siempre decisivo: un buen comienzo es una buena garantía de éxito. Ayer presentamos los materiales y las herramientas que usaremos en #Campo1927 y los proyectos surgieron «como por arte de magia». Pero, ¿es magia realmente? Las claves para la definición de proyectos son una parte importante del proceso de enseñanza; analicemos algunas que ayer estuvieron presentes en #Campo1927.
En primer lugar, el Campo de Verano comenzó con una lluvia de ideas sobre los objetos de estudio, el período histórico 1900-1936 y – de manera más particular – el esplendor cultural de la Edad de Plata. Con esta actividad tuvimos ocasión de reactivar conocimientos adquiridos a lo largo de la escolarización obligatoria y también – algunos participantes así lo hicieron – localizar información para rellenar huecos que ellos mismos detectaron en su revisión. Con la información que los participantes pudieron recuperar o localizar pudimos plantearnos las dos «preguntas-fuerza»: ¿es verdad todo lo que sabemos?¿Es todo lo que sabemos todo lo que se puede saber?
La segunda clave es la interacción, al menos en dos sentidos: interacción entre los participantes e interacción de los participantes en el Campo con los docentes que aquí estamos. El diálogo es el hilo mediante el cual se tejen los proyectos, se detectan debilidades y se encuentran soluciones o alternativas. La cercanía entre todos los participantes y el equipo de docentes junto con el encuentro de múltiples intereses, capacidades, destrezas y experiencias potencia la creatividad, estimula para superar retos y genera confianza.
En tercer lugar, un esquema claro de trabajo permite generar proyectos con mayor facilidad. En primer lugar, partir de la definición de un «producto final» permite al grupo considerar los pasos a seguir, las herramientas que se necesitan e incluso las destrezas que el grupo debe desarrollar para poder realizar el proyecto. Además, se pidió a los participantes que elaboraran un mapa conceptual que les permitiera dialogar, pensar juntos y visualizar el proyecto con comodidad. En ese mapa conceptual se fijó como centro del esquema el título del proyecto y se lanzaron nodos como «producto final», «fases de trabajo», «responsabilidades», «recursos» o «temporización».
Por último, dos claves necesarias son la libertad en la toma de decisiones y la confianza. El papel del educador en la definición de estos proyectos ha sido acompañar, aportando información o sugerencias de mejora, pero son los participantes quienes ejercen la libertad tanto en el manejo de los materiales como en el desarrollo del proyecto. Es cierto, cada equipo realiza un proyecto diferente en todos los sentidos; sin embargo, las competencias que se están desarrollando son similares en todos los proyectos: búsqueda de información, valoración de su relevancia, síntesis, reconstrucción textual, revisión y corrección, etc.
Seguiremos informando 😉
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