Ciencia

Publicado el 5 de julio de 2019 | por ebustelo

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FluoresCiencia

Datos del Proyecto

Nombre del proyecto: FluoresCIENCIA
Centro (donde se desarrolla la experiencia): IES José Luis Tejada
Localidad y provincia: El Puerto de Santa María (Cádiz)
Nombre del docente que coordina el proyecto: Emilio Bustelo
Estudiantes a los que va dirigido (nivel(es)/curso(s)): 3º y 4º de ESO
Número de estudiantes: 19
Página web/blog del proyecto:
Enlaces de interés vinculados con el proyecto:

Descripción de la Experiencia

FluoresCIENCIA

Hacia la Ciencia desde la Fluorescencia

La fluorescencia es un proceso de emisión de luz (luminiscencia). El caso más llamativo es la absorción de luz ultravioleta (invisible a nuestros ojos) y la emisión de luz visible de forma que los objetos brillan en la oscuridad. Posee muchas aplicaciones científico-técnicas en mineralogía, gemología, medicina, análisis químico, marcaje, pigmentos y en detectores biológicos, pero también está muy cerca nuestra en los detergentes de la ropa y en las lámparas fluorescentes con las que iluminamos nuestras casas. Ocurre de forma natural en algunos minerales, animales y plantas (bioluminiscencia).

La emisión de luz por una sustancia se produce generalmente por la excitación (eléctrica, térmica, lumínica…) de los electrones de los átomos que las forman. Estos electrones pasan a ocupar niveles de energía más altos y posteriormente vuelven a su nivel más estable tras emitir luz y liberar la energía sobrante. Es decir, detrás de este fenómeno están esos traviesos electrones que los alumnos de 3º de ESO estudian en el tema del átomo. Es difícil imaginar o describir un electrón, pero sí podemos experimentar sus efectos. A algunos de ellos ya estamos habituados y los vemos a diario sin llamarnos la atención (ej. calefacción, iluminación, telecomunicaciones), pero otros como la fluorescencia inducida por una luz invisible (UV) aún nos resultan llamativos.

A diferencia de otras formas de luz, la fluorescencia observada en la oscuridad mediante una lámpara de luz negra (emite luz ultravioleta, UV) llama fuertemente la atención de adultos y niños, lo que le otorga un enorme atractivo para la divulgación de la ciencia.

Se trata de un proyecto de investigación guiado. Es decir, los alumnos/as son los investigadores, los que hacen las cosas y toman decisiones. Se pueden probar experimentos que no estén planeados (excepto ver qué pasa si te comes los reactivos…). Como toda investigación se obtendrán resultados positivos (lo que uno ha pensado sale) o negativos (no sale). Lo importante es probar.

Sesión 1. Observando la fluorescencia.

Dedicamos la primera sesión a observar la fluorescencia en los objetos cotidianos como el detergente o el papel de escritura, y también en seres vivos como las plantas (clorofila) o en algunas flores. Con la ayuda de varias linternas de luz negra investigamos qué objetos cotidianos muestran fluorescencia. Los participantes traen de sus casas objetos que puedan ser fluorescentes: alimentos, ropa, productos de limpieza, de higiene personal, maquillaje, juguetes, etc. Una buena pista es buscar colores muy vivos (o blancos muy blancos). Compara el amarillo de un rotulador fluorescente con el de uno que no lo sea y sabrás a qué me refiero.
En esta primera sesión respondimos a preguntas como:

¿Son fluorescentes nuestros dientes? ¿Y la pasta de dientes?
Azúcar, sal, aceite de oliva, arroz. ¿Cuál de estos alimentos no es fluorescente?
¿Hay flores fluorescentes? ¿Pueden los insectos verlas?
¿Cómo puede ayudar la fluorescencia en una investigación policial?

¿Qué había que traer?
– Curiosidad y ganas de investigar (imprescindible).
– Cámara de fotos o móvil (opcional): ¡No es fácil hacer fotos en la oscuridad!

Resultados:

    1. Detergente con blanqueantes ópticos: Verde con intensa fluorescencia azul. De esta forma los detergentes compensan el amarilleo natural de la ropa blanca.
    2. Fluorescencia del huevo: Observamos la curiosa fluorescencia rojiza de la cáscara de un huevo.
    3. Fluorescencia de los plásticos: Vemos que el PVC presenta una clara fluorescencia verdosa.
    4. Fluorescencia de las flores: No, las flores que han traído, esta vez, no presentan fluorescencia…
    5. Fluorescencia de minerales: Alejandro, nuestro invitado y coleccionista de minerales nos sorprende con dos objetos de su colección con una fluorescencia rosa preciosa.
    6. Fluorescencia de alimentos: Observamos varios alimentos: plátanos, kétchup y mostaza, aceite de girasol y de oliva, vinagre (no fluorescente), arroz, azúcar, sal (tampoco). La más llamativa es la fluorescencia roja del aceite de oliva y planteamos esta pregunta: ¿porqué el aceite de oliva es fluorescente? Porque la clorofila es fluorescente!
    7. Fluorescencia de la ropa: Observan la fluorescencia de la ropa que han traído.
    8. La quinina de la tónica: Observan la fluorescencia de la quinina de la tónica (azul intenso).
    9. Vitaminas B en bebida energética: Las bebidas energéticas contienen pequeñas dosis de vitaminas para poder decir que «hacen algo». Estas vitaminas también se encuentran en alimentos más sanos y baratos. Algunas vitaminas son fluorescentes, como la B2 (riboflavina), con fluorescencia amarilla. Casualmente azul y amarillo son los colores del Cádiz CF… 😉
    10. Fosforescencia: Comprobamos la diferencia entre fluorescencia y fosforescencia con un delfín de plástico que se carga muy rápido con luz UV, resultando muy llamativo.
    11. ¿Qué pasa si… mezclamos la tónica (azul) con la bebida energética (amarilla)? ¿Obtendremos fluorescencia verde? Pues no. La mezcla provoca un rápido «apagado» de la fluorescencia. Como veremos en sesiones posteriores, hay muchos factores que la afectan, y algunos de ellos la apagan, lo que se conoce como «quenching».

Sesión 2. Las moléculas fluorescentes.

¿Qué esta detrás de la fluorescencia? Antes de responder, dedicamos el único momento del proyecto dedicado a un poquito de teoría imprescindible para entendernos:

¿Qué es la luz?

La luz es una perturbación electromagnética que puede transmitirse por cualquier medio incluido el vacío. Como bien comenta Rocío, la luz es energía, y la energía que transmite la luz viene dada por la llamada «longitud de onda». A mayor longitud de onda, menor energía. A menor longitud de onda, mayor energía. Hacemos un repaso por todo el espectro electromagnético (todos los tipos de luz, de los cuales solo podemos ver una fracción verdaderamente pequeña).

Repasamos desde los energéticos rayos gamma y rayos X, pasando por la radiación ultravioleta, la visible, la infrarroja, nos detenemos en las conocidas microondas que nos ayudan a calentar la comida y finalmente por las ondas de radio que hacen del móvil algo más que un ladrillo muy caro. Sólo las versiones más energéticas de la luz pueden ser dañinas, así que descartamos el miedo irracional (por acientífico) a la radiación wifi y a las antenas de móviles (inocentes ondas de radio).

¿Y qué es el color?

Es una pregunta más complicada de lo que parece, ya que intervienen tres agentes: el emisor de luz, el objeto que puede absorber, reflejar o transmitir la luz, y el receptor, nuestros ojos y sobre todo nuestro cerebro que es quien se encarga de componer todo en imágenes reconocibles. La radiación visible va del rojo al violeta, dejando por debajo al infrarrojo y por encima al ultravioleta, y presentan longitudes de ondas del orden de cientos de nanometros (0,0000001 m).

¿Qué esta detrás de la fluorescencia?

Moléculas y electrones, dos viejos conocidos. Las moléculas, como un edificio, presentan varios pisos o niveles energéticos. Los electrones viven muy felices en el bajo, pero cuando un fotón incide en ellos pueden subir uno o varios pisos! Una vez allí, para bajar pueden tirarse (y liberar energía en forma de un fotón igual al que los subió) o bajar por las escaleras, escalón a escalón (liberando energía térmica, calor).

La fluorescencia:

Es un caso intermedio en el que el electrón es impulsado por un fotón muy energético (UV, invisible) y sube varios pisos. Primero baja un piso por las escaleras (desactivación no radiativa) y luego salta al bajo emitiendo un fotón de menor energía que el que lo subió (radiación visible).

La fosforescencia:

En ella se produce un pequeño atasco, la ventana es pequeña y son muchos los que quieren saltar, por lo que el proceso de regresar al bajo es lento y la emisión de luz puede durar minutos.

Los experimentos de hoy:

  1. Hielo fluorescente: Cubitos de hielo que brillan amarillos o azules bajo la luz negra y nos permiten observar el proceso de fusión. La fluorescencia hace visibles cosas invisibles!
  2. Extracción de la protoporfirina IX de la cáscara de un huevo: Realmente impresionante! Tras disolver la cáscara con ácido clorhídrico concentrado y filtrar el extracto, la disolución brillaba en la oscuridad con un tono rojizo espectacular bajo la luz negra.
  3. Detergentes blanqueantes: Resultan poco solubles en agua, pero su luminiscencia azul lo compensa con creces. Observamos el efecto del detergente para eliminar manchas de aceite.
  4. Cumarinas: Son fluorescentes pero no hemos sabido sacarla. FAIL!!! 
  5. Rodamina B: Precioso tono anaranjado fluorescente para una sustancia rosa que mancha.
  6. Eosina Amarilla: La prima de la rodamina también es rosa, pero presenta una espectacular fluorescencia amarilla… y sí, también mancha.

Sesión 3. Las moléculas fluorescentes (II).

Como nos quedaron muchas cosas en el tintero, realizamos una segunda parte de las moléculas fluorescentes. Se trata de acercar a los alumnos un concepto muy importante en química: la molécula. Las moléculas (trillones de ellas) son la responsables de las propiedades de las sustancias.

Aunque en la naturaleza lo más frecuente es encontrar mezclas de compuestos, muy a menudo para una propiedad concreta encontramos a una única molécula responsable. Es lo que en medicina o farmacia se conoce como principio activo. Así, el ibuprofeno es la molécula responsable de quitarnos el dolor de cabeza, aunque en una pastilla de ibuprofeno la encontramos mezclada con otras sustancias.

Esto también ocurre con la fluorescencia. Por ejemplo, la tónica es una bebida de cuyo sabor amargo es responsable una molécula llamada quinina. La cantidad de quinina en la tónica es muy baja (menos de 80 mg por litro). También es la responsable de la fluorescencia de la tónica. Además la quinina es un medicamento (fue el primer medicamento contra la malaria) pero a la concentración de la tónica no hace nada (harían falta unos 2000 mg diarios para que tenga efectos terapéuticos). A mayores dosis incluso puede tóxica! He aquí otra propiedad de las moléculas, la toxicidad depende de la dosis, o como alguien dijo hace mucho tiempo: El veneno está en la dosis.

Los experimentos de hoy:

  1. Destruyendo la fluorescencia: Hemos comprobado que el amoniaco «apaga» la fluorescencia de la quinina (deja de brillar bajo luz UV). Luego reactivamos la fluorescencia añadiendo unas gotas de vinagre. El amoniaco, presente en algunos productos de limpieza, es una sustancia básica. El vinagre contiene un ácido, el acético. Las sustancias ácidas y básicas modifican las propiedades de las moléculas. ¿A que se entiende mejor que explicado en la pizarra?
  2. De vuelta con las cumarinas: Probamos a disolver las dos cumarinas en isopropanol, ya que no eran muy solubles en agua. Efectivamente son más solubles, pero… seguimos sin observar fluorescencia. ¿Hemos puesto poca? ¿Hay que activarla de algún modo? ¿Tal vez la luz UV que usamos no es suficientemente energética?
  3. Curcumina: Vamos a extraer la molécula fluorescente que encontramos en la cúrcuma, la especia del curry. Para ello se necesita una cucharadita de curry (o de la especia cúrcuma) y alcohol etílico. En este caso hemos usado isopropanol. Cuidado, ambos son líquidos inflamables! Se agrega una cucharadita de cúrcuma a unos 50 mL de alcohol. Se agita, se deja reposar un par de minutos y filtramos con un embudo y papel de filtro para separar el líquido obtenido del sólido. El líquido resultante tiene un intenso color amarillo. Bajo la luz UV se observa que emite luz amarilla muy espectacular
  4. Fluoresceína: La reina de las sustancias fluorescentes. Observamos cómo se disuelve la fluoresceína en agua destilada. Es un proceso muy llamativo, ya que las partículas sólidas van cayendo por gravedad y dejando un rastro luminoso detrás. Por tanto, sin agitar, añadimos una pequeña cantidad de sólido (la mínima cantidad) y vemos/grabamos el proceso bajo luz UV.
  5. Disolución de la rodamina B: Sin agitar, añadimos una pequeña cantidad de sólido (la mínima cantidad) y vemos/grabamos el proceso bajo luz UV. En este caso tenemos un compuesto de color rosa (bajo luz visible) que presenta una luminiscencia naranja bajo luz negra.
  6. Disolución de rotulador fluorescente:  Introducimos la punta de un rotulador amarillo fluorescente en agua. De nuevo observamos el bonito proceso de la difusión y la disolución gracias a la fluorescencia.
  7. Safranina: Preparamos una disolución de safranina en alcohol. Comprobamos que presenta una llamativa fluorescencia roja.
  8. Foto de familia: Acabamos la sesión con fotos de la familia fluorescente de hoy.

Sesión 4. La fluorescencia natural.

A pesar de lo llamativa y extraña que nos pueda parecer, la fluorescencia es un proceso natural de absorción de luz ultravioleta y reemisión de luz visible. Las principales expertas en absorción de luz llevan mil millones de años haciéndolo: las plantas. Mediante la fotosíntesis obtienen su alimento gracias a los rayos solares (luz) y unos ingredientes muy baratos (CO2 y agua). No se puede hacer más con menos.

¿Podríamos decir que las plantas «comen» luz? Tal vez, pero resulta curioso que a las plantas el color que menos les gusta sea… el verde! Efectivamente, el verde es el color que reflejan por tanto no es el tipo de luz que utilizan para hacer la fotosíntesis. Nosotros las vemos verdes, pero para ellas el verde es la parte de la luz que no les quita el hambre. De hecho, si las ilumináramos solo con luz verde, morirían.

En esta sesión vamos a comprobar esto gracias a la fluorescencia de la clorofila. Esta molécula es la responsable principal de la absorción de luz por las plantas. Hay varios tipos de clorofila (varias moléculas) y todas presentan una fluorescencia roja muy llamativa. El aceite de oliva presentó fluorescencia roja porque contiene clorofila. De hecho esta fluorescencia se usa para distinguir los buenos aceites de los usados o adulterados.

Los experimentos de hoy:

  1. Extracción de la clorofila: Hemos realizado la extracción de la clorofila de varias fuentes: hojas de perejil, hoja de un árbol del instituto o hierba del instituto. Las cortamos en pequeños trozos y extraemos la clorofila con isopropanol como disolvente. Para ayudar a la extracción añadimos una cucharadita de carbonato de sodio, que hace de agente abrasivo para machacar las hojas en mortero. A continuación se filtra el extracto con un embudo y papel de filtro.
    El color del extracto obtenido es verde intenso al iluminar con luz natural. Esto se debe a que cuando la clorofila se ilumina con luz natural, absorbe la mayor parte de los colores del espectro visible a excepción de la región verde. Bajo luz visible los extractos son verdes y bajo luz UV son rojo-naranja.
  2. Extracción de protoporfirina. Paralelamente realizamos la extracción de protoporfirina de pipas de calabaza. Se trata de un precursor de la clorofila que se acumula en las semillas para que les sirva cuando vayan a germinar y tengan que hacer su propia clorofila. El resultado de un proceso similar al anterior es una disolución muy poco concentrada de una sustancia verdosa que presenta una fluorescencia naranja. La razón puede ser el tratamiento de tostado, que destruye la mayor parte de la sustancia. Hubiéramos necesitados pipas sin tostar.
  3. Cromatografía en capa fina. Intentamos separar las distintas sustancias presentes en los extractos mediante cromatografía de capa fina con isopropanol como eluyente. Empleamos capilares de vidrio para colocar la muestra sobre el papel de filtro. Mediante un pie y una pinza sujetamos el papel, de forma rectangular alargada. Marcamos con lápiz la zona donde hemos colocado las muestras y sumergimos el papel sin llegar a tocar esta zona. Se observa la subida del disolvente por capilaridad y cómo arrastra el extracto.
  4. Cromatografía en capa fina II. Comprobamos si es posible separar las distintas sustancias fluorescentes de varios rotuladores mediante cromatografía. Primero probamos con isopropanol como eluyente, pero resulta poco selectivo con dos de los rotuladores y prácticamente no arrastra los otros dos. En cambio cuando empleamos agua destilada como eluyente la selectividad es la contraria. Hubiera sido interesante probar la elución con mezclas de disolventes agua/isopropanol. De todos modos el resultado es bastante espectacular.
  5. Jugando con láseres. La fluorescencia también puede ser inducida por luz visible. Hemos usado un láser violeta y uno verde. En ambos casos, inducen la fluorescencia rojiza de la clorofila. Esto nos permite ver el camino del láser a través de la disolución de clorofila. Observamos cómo la clorofila absorbe al luz del láser violeta mientras que transmite la luz del verde.  El violeta a duras penas atraviesa el primer tarrito (el que tiene menos clorofila), mientras que el verde traspasa todos sin problemas. Ver aquí.

Sesión 5. Factores que afectan la fluorescencia.

Como en todo el proyecto, la excusa (y la ayuda) de la fluorescencia nos sirve para introducir conceptos químicos que en clase se explican teóricamente. En esta sesión trabajamos sobre el concepto de pH. Ya vimos como las sustancias ácidas o básicas pueden afectar a la fluorescencia de la quinina. Ahora comprobaremos cómo afecta al resto de sustancias.

Los experimentos de hoy:

  1. Preparación de una batería de pH: Previamente preparé dos disoluciones 0,1M de hidróxido de sodio y ácido sulfúrico. A partir de ellas obtendremos disoluciones a distintos pHs mediante sucesivas diluciones. Así obtendremos una serie de tarritos con pHs 1, 2, 3, 4, 7, 10, 11, 12, 13 (aproximados).
  2. Adición de las sustancias fluorescentes: Observamos el efecto del pH en la fluorescencia de la quinina y la fluoresceína. Por una vez, el resultado no fue muy llamativo. Tampoco muy claro. Es probable que cometiéramos errores en la preparación. No es fácil ajustar el pH. A veces una gota más o una gota menos lo modifica sustancialmente. Aún así, la tónica no defraudó.
  3. Volvemos a la carga con las cumarinas: Comprobamos la fluorescencia de las cumarinas, hasta ahora esquivas, tras añadir un poco de amoniaco. ¡Finalmente brilló!. Es importante que los alumnos vean que no todas las cosas salen bien, y que a veces hay que insistir mucho hasta obtener resultados.

Sesión 6. Factores que afectan la fluorescencia (II).

En esta sesión nos centramos en la relación entre la concentración y el color. Cuando tomamos un café con leche, cuanto más proporción de café más oscuro se ve. Esta es una propiedad muy útil para los químicos. Como las moléculas absorben parte de la luz y dejan pasar o reflejan el resto, cuantas más moléculas haya, más luz absorben y menos luz dejan pasar. Así podemos conocer la concentración de una sustancia según la intensidad del color que vemos. Matemáticamente viene descrito por la ley de Beer-Lambert, de gran importancia para el análisis químico.

Los alumnos no conocen esta ley, ni falta que hace, pero vamos a intentar que se familiaricen con el concepto de concentración de la forma más visual posible. Preparamos disoluciones concentradas de varias sustancias coloreadas (fluorescentes y no fluorescentes). Luego, en distintos tarritos ellos mismos prepararán disoluciones con distintos grados de dilución. Comprobamos el efecto en el color visible (luz reflejada) y en el color fluorescente (emitida).

Observamos que la fluorescencia la relación entre intensidad del color y concentración de la sustancia es mucho menos evidente. Esto se debe a que la luz que emiten las moléculas fluorescentes también puede ser absorbida por las moléculas cercanas. De ahí que a mayor concentración menos brilla e incluso aparece un efecto de opacidad cuando acercamos la luz UV a las disoluciones más concentradas.

Fue una sesión laboriosa, pero con resultados muy atractivos visualmente. Y una vez terminamos con la preparación, dimos rienda suelta a la creatividad de los estudiantes, tanto en su versión constructiva, como también destructiva

Sesión 7. Aplicaciones de la fluorescencia. Protección frente a los rayos UV.

La penúltima sesión la dedicamos a las aplicaciones de la fluorescencia. Muchas más de las que podemos imaginar. La principal virtud de este fenómeno es que hace visibles cosas que son invisibles, y además de forma selectiva.

  1. Rotuladores fluorescentes: De sobras conocidos y ampliamente empleados durante este proyecto. Incluso hemos conocido a las moléculas responsables de ese brillo especial que tienen.
  2. Lámparas fluorescentes: Prácticamente todas las lámparas del instituto son barras fluorescentes. La nombramos habitualmente así, pero no nos paramos a pensar qué tienen que ver con la fluorescencia. ¿Alguna vez lo habías pensado? En esta sesión comprobamos que efectivamente hay una sustancia fluorescente en ellas. Es el lacado blanco que tienen y que evita que podamos ver su interior. Estas lámparas suelen contener un gas a baja concentración en su interior, que emite luz ultravioleta cuando es sometido a un potencial eléctrico. Poca utilidad tendrían estas lámparas si solo emiten UV. Así que están recubiertas de una sustancia fluorescente que absorbe la luz UV y emiten en visible.
    Pero somos científicos y tenemos que comprobar que es verdad, así que trituramos una lámpara fluorescente y este fue el resultado.
  3. Biología: Muchos pigmentos fluorescentes se emplean para teñir y marcar células. Incluso hay tintes que sólo son fluorescentes cuando se enlazan al ADN. Para aplicar esta técnica en biología es necesario un microscopio de fluorescencia.
  4. Evitar falsificaciones, autentificar documentos y billetes: Muchos documentos que usamos para identificarnos (pasaportes, DNI) o para pagar (billetes, tarjetas de crédito) llevan marcas fluorescentes para evitar su falsificación.
  5. Papel fluorescente: Nada más encender una linterna de luz UV todos los folios de la habitación comienzan a brillar. ¿Porqué? La madera no es precisamente blanca. ¿Cómo el papel es tan blancos? Procesos muy enérgicos y contaminantes son responsables del blanqueamiento de la pulpa de papel. Desde mediados del siglo XX se añaden sustancias fluorescentes al papel para aumentar su blancura y evitar el amarilleo natural. Se trata de sustancias similares a las que contienen los detergentes blanqueantes.
  6. Protección solar: Para evitar que los rayos UV del sol dañen nuestra piel es imprescindible usar cremas solares antes de exponernos al sol. Como siempre, son moléculas las responsables de estos efectos beneficiosos. Existen moléculas que hacen de filtros físicos (reflejan la luz UV, pero también la visible, dejando marcas blancas) y químicos (absorben la luz UV dañina para la piel y la convierten en visible y calor). Por ellos algunos derivados de la cumarina se emplean en cremas solares.
    En esta sesión vamos a comprobar si las gafas de sol que traen los alumnos absorben la luz UV. Es tan fácil como iluminarlas con nuestras linternas de luz negra y comprobar su sombra sobre un folio de papel blanco (fluorescente). Si la luz UV pasa veremos el papel brillar y si no pasa, veremos la sombra oscura de las gafas.
    Además comprobamos el efecto de poner crema solar sobre un folio blanco (fluorescente). La zona de aplicación aparece oscura respecto al fondo. Y efectivamente, las cremas solares funcionan.

Sesión 8. Arte fluorescente y tensión superficial.

La tensión superficial es una fuerza que observamos en los líquidos debido a las fuerzas de cohesión entre sus moléculas. Como fuerza no es gran cosa, pero ayuda a caminar sobre el agua a algunos insectos.

Cuando ponemos una gota de agua sobre una superficie pueden pasar dos cosas: existe afinidad entre la superficie y el agua (hidrófila) y por lo tanto el agua se desparrama y moja la superficie, o bien hay poca afinidad (superficie hidrófoba) y el agua forma una gota sin mojar la superficie.

  1. Gotas fluorescentes: En esta última sesión hemos empleado una superficie hidrófoba (una lámina de polipropileno) y con jeringuillas de plástico hemos depositado pequeñas gotitas de las disoluciones fluorescentes preparadas anteriormente. He aquí los resultados: uno, dos y tres.
  2. Flores fluorescentes: La tensión superficial permite que las plantas transporten agua desde las raíces hasta las hojas mediante capilaridad. También nos permite a nosotros fabricar nuestras propias flores fluorescentes, simplemente dejando una flor con el tallo sumergido en agua teñida con un rotulador fluorescente. Y el resultado no decepcionó!
  3. Pompas fluorescentes: Al contrario, cuando añadimos ciertas sustancias llamadas tensioactivos podemos disminuir mucho la tensión superficial y permitir la formación de pompas. Para ello solo necesitamos agua (destilada mejor), jabón y, para darles más resistencia a las pompas, un poco de glicerina. De nuevo utilizamos agua teñida de tinta fluorescente de los rotuladores. Por una vez, el aspecto con luz ambiente no tenía nada que envidiar a la apariencia bajo la luz UV: uno, dos.

Y con esto terminamos nuestro primer proyecto Profundiza en el IES José Luis Tejada Peluffo de El Puerto de Santa María. Quedaron cosas en el tintero para otros años, pero en general la experiencia ha sido buena (y cansada) y los estudiantes han disfrutado mucho de su primer contacto con la investigación.

Photo by JOSHUA COLEMAN on Unsplash

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Sobre el colaborador

Doctor en Ciencias Químicas. Tras 20 años de servicio, en 2017 abandonó la universidad por un "crimen" que no había cometido ;-) Hoy, todavía buscado por el gobierno que invirtió gran cantidad de dinero en su formación, sobrevive como investigador secundario. Si tienes un problema de laboratorio... y me encuentras, tal vez puedas contratarme. Un café bastaría.



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