Publicado el 2 de abril de 2014 | por agupalomar
6PERCEPCIÓN, ARTE Y PENSAMIENTO
Datos del Proyecto
Descripción de la Experiencia
Saber qué pensamos ha sido siempre un objetivo importante de la filosofía y del aprendizaje. Sin embargo, pocas veces, tenemos oportunidad de pararnos en nuestras propias experiencias o entenderlas en sí mismas como pensamiento. Pareciera que el aprendizaje de conceptos está reñido con la experiencia y pareciera que, en la oscuridad de esta, no puedo haber conceptos. Por una parte, decimos que las experiencias son individuales e intransferibles, de tal modo que nuestro aprender ha de apartar de ellas la vista para centrarse en conceptos y definiciones. Por otra parte, también es cierto, que hemos mal comprendido el papel de la experiencia al entender que esta se cifra en un conjunto de actividades que, presentadas de forma atractiva, se convierten por ello, en decisivas. En educación pasamos a menudo de las arduas definiciones a las experimentaciones más innovadoras olvidando ese ámbito intermedio, tan importante, para el que la vida es la propia experiencia.
Desde sus primeros desarrollos la fenomenología, como disciplina filosófica, nació con la pretensión de pensar rigurosamente la experiencia. Este taller, ofrecido para alumnos de secundaria, tiene como objetivo intentar que los alumnos aprendan la ciencia para hablar con propiedad de la experiencia, de su experiencia. No es una tarea fácil, según hemos advertido, pero es un camino que ya ha sido ensayado y, por tanto, un camino que puede volver a iniciarse. El taller va a tomar el arte, y el arte más cercano a nosotros, como ese punto de apoyo a partir del cual puede enriquecerse, aquilatarse y conformarse nuestra experiencia. En este sentido nuestra ciencia toma como objeto de descripción al arte. El arte, y sobre todo el arte contemporáneo, nos hace pensar a través de la experiencia. Desde que Duchamp hizo intervenir un urinario como una obra dentro de una exposición artística, se dice que el arte contemporáneo tiene que ver sobre todo no con objetos sino con ideas. Pero también es cierto que el descubrimiento de tales ideas no puede hacerse sino descubriendo la experiencia que motiva el dar plasticidad a las idea
A través de nuestras sesiones el alumno tendrá que reflexionar, esto es, dar cuenta de su experiencia, a través del arte. Pero dado que empezamos casi desde la nada hemos de introducir, previamente, al alumno en las cuestiones filosóficas que pueden aclararnos qué eso de la experiencia. Así, en primer lugar, se intentará elaborar una sencilla ontología o descripción de los objetos que componen nuestro mundo, o mejor dicho, de los tipos de objetos. En nuestro mundo encontramos objetos tales como naranjas, raíces cuadradas, aviones, etc. Pero también en ese mundo hay objetos que son un tanto peculiares: los sujetos. Por ello, en un segundo momento, llevaremos a cabo la descripción de lo que es un sujeto, es decir, de lo que somos nosotros y de los “objetos” que, a su vez, llevamos dentro: sensaciones, percepciones, recuerdos, ideas, etc. Así haremos una primera división ontológica básica entre objetos físicos y objetos psíquicos y, a continuación, intentaremos delimitar el concepto mismo de experiencia. Describir la experiencia que tenemos con una naranja, definirla como objeto, no es tarea nada fácil y, sin embargo, forma parte de nuestro mundo.
Tras estas dos primeras sesiones se comenzará con la cuestión de los límites del conocimiento y de la creatividad. La creatividad, que solo surge en el trabajo, extiende más que rompe los límites de nuestra experiencia; por ello, al crear tenemos una experiencia nueva que antes no pertenecía a nuestro mundo. Con unos simples ejercicios se intentará que los alumnos extiendan los límites de su mundo y de su experiencia. Después, comenzaremos propiamente con las sesiones de arte. En la primera se buscará la descripción de unos cuadros, pero de tal manera que, más allá de la descripción objetiva, nos adentremos en la descripción subjetiva. Describir la experiencia de un cuadro es describir no sólo lo que vemos sino cómo lo vemos. En este “cómo” se introduce al alumno progresivamente en su esfera de subjetividad: los cuadros están pare verlos, pero también para tocarlos, saborearlos, sentirlos, etc. ¿A qué huele un cuadro? ¿A qué sabe lo que se representa el cuadro? ¿Qué pensamientos pueden verse? ¿Qué sentimientos pueden padecerse? Se trata de describir, mediante la imaginación, las sinestesias como experiencias que puede albergar la contemplación de una pintura. De la misma manera se podrá hacer con otras artes: la música, la poesía, etc.
La última parte del taller, que comprenderá las tres última sesiones, serán más prácticas. Y en ellas, si el presupuesto lo permite, se llevará a los alumnos a visitar la exposición de los grabados de Picasso en Granada y, allí se hará con ellos un taller. También está programado que puedan participar activamente del arte a través de un subtaller de arte-acción. Y, por último, como si de una exposición se tratara, los alumnos tendrán que ingeniárselas para buscar el modo de dejar como obra en el mundo lo que para ellos es una experiencia.
Como puede adivinarse en todo este proceso lo importante no es tanto lo que se haga cuanto las razones y los motivos que se den para decirlo. En este sentido nuestro taller estará ligado a la filosofía, pero también a la lengua. Si es posible haremos un blog en el cual puedan quedar plasmadas las experiencias mismas del taller.
Créditos: fotografía de eduArd.
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