Publicado el 12 de octubre de 2015 | por Gloria
0Memoria del proyecto «Un alumno de la ESO entre fogones»
Datos del Proyecto
Descripción de la Experiencia
Queridos compañeros:
El curso ya ha acabado y por fin puedo dedicar un ratito a compartir con vosotros mis conclusiones acerca de mi experiencia de este año con el Programa Andalucía Profundiza.
La vez anterior que participé en este Programa mis alumnos disfrutaron mucho por tener la oportunidad de pasar más tiempo en el laboratorio (esto es algo que les encanta) manejando un material que normalmente no suele formar parte del inventario del laboratorio de un instituto dado que el tipo de contenidos que se trabajan con él no entra dentro del currículo oficial y, también, dado su coste. Con esta experiencia ellos aprendieron mucho y su interés inicial por la física y química se incrementó. Por este motivo decidí participar de nuevo este año.
Tardé muy poco en decidir el tema del Proyecto puesto que, aparte de la física y la química, otra de mis pasiones es la cocina así que me propuse enseñarles a acercarse al mundo de la cocina con un “talante” distinto, con una mente científica. Os tengo que confesar que el primer día estaba bastante nerviosa porque no sabía cómo acogerían el tema. Normalmente los adolescentes no suelen pasar mucho tiempo en la cocina y, por tanto, seguramente nunca se habrían planteado el tipo de cuestiones que yo me planteo habitualmente (por qué en la transformación del azúcar común en caramelo líquido, el color, la textura, la viscosidad….cambian, etc). Los adolescentes están acostumbrados a ver tan sólo el resultado final, así que no ven los cambios y no se pueden preguntar a qué se deben estos…
A pesar de mi temor a que no resultara atractivo el tema, yo tenía mucha ilusión en su desarrollo. Principalmente me planteé los siguientes objetivos:
- Prepararlos para que lleguen a ser “buenos consumidores”. En este sentido, quería promover en ellos el hábito de leer las etiquetas de los alimentos y acostumbrarlos a analizarlas. En caso de no entender el significado de parte de la información que aparezca en ellas, podían resolver sus dudas acudiendo a la inmensa fuente de información que está disponible en la red. De este modo, se trabajaría también la “competencia para aprender a aprender”.
- Hacerles ver la utilidad que pueden tener los conocimientos que adquieren en las clases de física y química en relación con los alimentos. Por ejemplo, a partir de la triboelectricidad – electricidad generada por frotamiento- que es un concepto que se trata en la física y química de 3º de ESO, consiguieron resolver un pequeño problema que en cualquier momento se nos puede presentar en la cocina. (Podéis ver el video de la experiencia que realizamos al respecto en una de mis dos anteriores entradas en el blog).
- Profundizar en el tema de reacciones químicas (tema que forma parte tanto de la programación de 3º de ESO como de la de 4º) pero viendo en concreto las que ocurren en la cocina que tienen la ventaja de que, los reactivos los tienen todos a la mano en casa y los productos de las reacciones son comestibles!!! Me pareció una manera muy divertida de mostrarles por ejemplo qué es una reacción de hidrólisis. Además, podrían entender por qué es tan importante controlar la temperatura durante el proceso de elaboración de algún plato o por qué una receta dice que no se debe sobrepasar tal tiempo de cocción o por qué las cajitas de gelatina neutra advierten que no se puede utilizar para hacer gelatina de piña o de papaya.
- Contagiarles mi pasión por la cocina viendo que es algo muy divertido.
- Enseñarles a comer más sano. Por eso trabajamos por ejemplo el concepto de “punto de humo” de los aceites y los factores de los que depende, analizamos el contenido en vitamina C en los zumos en tetrabrik, etc.
Gracias a las encuestas que les pasé a los padres y también a las charlas que he mantenido con algunos de ellos, he podido conocer también las opiniones de éstos y, desde luego, no puedo sentirme más satisfecha. Me han dado las gracias por el trabajo realizado con sus hijos; no sólo por lo mucho que han disfrutado sino también por lo mucho que han aprendido y el cambio que ha experimentado la relación de estos con la cocina…Os cuento una pequeña anécdota que una madre me contó: un día salió la familia a comer fuera. Ella se pidió una ensalada con huevos cocidos. Su hija, viendo que la yema tenía un color verde grisáceo, enseguida le soltó un discurso sobre a qué era debido que tuviera ese aspecto. Los padres se quedaron impresionados y, además, fue un momento muy divertido de la comida. Me parece fascinante que sus conocimientos no se queden en su cabeza sino que sepan aplicarlos; sobre todo cuando estos les pueden ayudar a saber cómo seguir una dieta más saludable.
La experiencia ha sido, pues, absolutamente gratificante. La oportunidad que ofrece este Programa para satisfacer las ansias de conocimiento de algunos alumnos me parece algo genial. Si no diéramos respuesta a sus inquietudes, estaríamos desperdiciando su talento.
Ya empiezo a pensar en el tema del próximo Proyecto…
Créditos: Imagen de shutterstock
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